dissabte, 17 de març del 2012



Vitamines poètiques

Muere lentamente quien se  transforma en esclavo del
hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca, no arriesga a vestir un color
nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere
el negro sobre el blanco y los puntos sobre las “íes”, a su
remolino de emociones; justamente las que rescatan el
brillo de los ojos, sonrisas de las tristezas, corazones a
los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no
escucha música, quien no halla encanto en sí mismo.

Muere lentamente quien no cambia la vida cuando está
insatisfecho con su trabajo, o su amor; quien no arriesga
lo seguro por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien
no se permite, por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos…

Muere lentamente quien abandona un proyecto antes de
iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no
respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cotas recordando siempre
que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el
simple hecho de respirar.

Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.

Pablo Neruda